
de Luis Muga
El dato final de inflación en España para 2022, aunque haya sido ligeramente más bajo de lo previsto, pone de manifiesto el complejo escenario al que se enfrentaron los ahorradores este pasado año. Ese 5,7% de incremento de los precios debería haber sido la rentabilidad mínima obtenida por las inversiones para que nuestros ahorros no perdieran poder adquisitivo. Sin embargo, las alternativas de inversión disponibles presentaron, por lo general, un comportamiento decepcionante situándose los rendimientos de la mayoría de los activos en terreno negativo.
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