
Parece que, finalmente, el confinamiento estricto al que los habitantes de Shanghai han estado sometidos en los últimos dos meses como consecuencia de la política de “COVID Cero” adoptada por China, ha terminado la pasada semana. La mayor parte de la población de esta ciudad, unos 25 millones de habitantes, puede moverse ahora libremente. Atrás quedan las noticias sobre suicidios y otros trastornos de salud mental que han emergido como consecuencia de un confinamiento tan duro.
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