
Eduard Punset nació el año que comenzaba la Guerra Civil. Y se hizo adulto en una España en la que uno tenía que huir al exilio por repartir los panfletos equivocados. Una España, en la que, tras la larga noche de la dictadura, fue Secretario General Técnico del ministerio de Industria y Energía en plenos pactos de la Moncloa y la discusión sobre qué hacer con el programa de centrales nucleares. Más tarde, fue designado ministro de relaciones con las Comunidades Europeas quizás “porque era el único que hablaba inglés”, según confesión propia. Sigue leyendo